
La Iluminación es la clave del principio y el fin del Interiorismo.
Está en todas partes, natural o artificial. Desde los inicios de todo lo que nos rodea.
Sin la iluminación no existiría los colores, ni una buena exposición de los espacios y detalles. Es capaz de transformar, crear visualmente imágenes, formas, sensaciones.
En Interiorismo y Decoración, la iluminación es la Reina que tiene el poder de hacer espectacular un ambiente, de invitar, de darle la presencia y alcance a todo cuanto ilumine.



Hay dos grandes tipos de iluminación, la natural y la artificial. Esta última es la que debéis analizar y proyectar muy cuidadosamente para que no se eche de menos, en muchos casos la luz natural en el día, y obligatoriamente la iluminación por la noche.
Dentro de la Luz artificial contamos con un abanico de posibilidades. Cada espacio o lugar tiene su tipo de iluminación ideal, y es trabajo de los profesionales descubrir cuál será la mejor alternativa.
Si deséas destacar un elemento, podéis utilizar una iluminación directa.
Si queréis iluminar un ambiente que sea agradable y relajante, contáis con lámparas con iluminación indirecta y cálida, como las de mesa o de pie.
Si se trata de una zona de trabajo, la mejor iluminación es directa y fría.
Efectos teatrales, con movimientos, con formas, relieves, texturas, todo depende de la luz que incide, puede generar efecto de amplitud o empequeñecer, puede dar dramatismo o iluminar toda una estancia.
Es por ello lo importante que es definir todos los elementos que contribuirán al éxito de una buena iluminación.